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RD y los aranceles de Trump




Por: Raul Ovalle

El paquete arancelario anunciado hoy es el mayor giro hacia el proteccionismo desde la Ley Smoot-Hawley implementada bajo Hoover en 1930, reconocida hoy como uno de los mayores desastres de política económica del s20.


Los “aranceles recíprocos”, como le han llamado, oscilan en un rango entre 10% y 48% según el país. China y UE pagaràn un arancel de 34% y 20%, respectivamente, mientras RD y un sinnumero de países de latam (excluyendo Nicaragua) pagarán 10%, lo que nos ubica en el rango inferior de estos aranceles.


Por supuesto, esto representa una oportunidad para RD, en la medida que se desvíe comercio desde los países de altos aranceles (como China) hacia países de bajos aranceles (como RD). Empresas estadounidenses que buscan proveedores con menor carga arancelaria podrían redirigir sus cadenas de suministro hacia socios comerciales más cercanos y confiables, beneficiando a sectores como zonas francas, manufactura ligera y ensamblaje textil.


Además, esta situación abre una ventana estratégica para profundizar procesos de nearshoring en sectores donde RD ya ha mostrado capacidad, como dispositivos médicos, electrónica ligera, manufactura textil y servicios compartidos (BPOs).


Sin embargo, no podemos obviar el efecto inmediato del arancel sobre ciertos sectores como el agroindustrial (banano, cacao, tabaco manufacturado, ron) que podrían verse afectados en la medida que pierdan participación en el mercado de USA debido a los aranceles, un mercado que representa más del 50% de nuestras exportaciones totales.


Tampoco se puede subestimar el impacto negativo y disruptivo a nivel del comercio global y de la actividad y los precios en USA, nuestro principal socio comercial. De permanecer mucho tiempo, estos aranceles podrían llevar a la economía estadounidense a una desaceleración profunda, incluso una eventual recesión, acompañada de un incremento transitorio de la inflación, lo que los economistas llaman “estanflación”, colocando a la reserva federal en un dilema complejo a la hora de decidir què hacer con las tasas de interés: reducirlas y arriesgar màs inflación, o incrementarlas y profundizar la desaceleración. Si llégase a ocurrir ese momento, pienso que optarían por lo que siempre han hecho: rescatar la economía y reducirían tasas.

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