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Trump al premier de Canadá: “Nunca digas nunca”




El cara a cara en la Casa Blanca entre el presidente norteamericano, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, se anticipaba como un encuentro áspero, precedido por semanas de amenazas y dardos cruzados.

Y más allá que de por momentos intentaron dar señales de distensión, el reiterado interés del líder republicano en convertir al país vecino en el “estado 51″ generó una reacción en seco del premier. “Canadá no está, ni estará nunca, en venta”, se plantó, a lo que Trump advirtió: “Nunca digas nunca. He tenido muchas, muchas cosas que no eran factibles, y terminaron siendo factibles”.

Fue otro momento notable en las reuniones del presidente estadounidense con líderes extranjeros en el Salón Oval, cargado de tensión por las constantes amenazas de Trump sobre la soberanía de Canadá y las disputas comerciales por los aranceles.

Después de un belicoso posteo en su red Truth Social sobre Canadá, a menos de una hora de la reunión, Trump reiteró su interés en anexar a Canadá. Consultado sobre si seguía pensando que Canadá debería convertirse en el “estado o 51″ de su país, Trump no dudó. “Todavía lo creo, ya saben, pero hacen falta dos para bailar el tango, ¿verdad?”, dijo. “No vamos a estar discutiendo eso a menos que alguien quiera discutirlo. Realmente sería una unión maravillosa”, añadió.

“Hay lugares que nunca están a la venta... Tras reunirme con los dueños de Canadá durante la campaña electoral de los últimos meses, no está a la venta. Nunca estará a la venta”, afirmó Carney, que nunca perdió la calma durante el mano a mano, del que también participaban los equipos de ambos mandatarios. Incluso al comienzo elogió a Trump por su liderazgo y su “implacable enfoque en el trabajador estadounidense”.

Trump amenazó repetidamente la soberanía de Canadá en los últimos meses, lo que había preparado el terreno para una reunión potencialmente dura entre los dos líderes. El país vecino es el segundo socio comercial de Estados Unidos y uno de sus aliados más cercanos en muchos frentes, desde la seguridad nacional hasta el comercio.

Trump comenzó su reunión con Carney en el Salón Oval felicitándolo por su reciente elección, a la que calificó como “una de las mayores remontadas en la historia de la política”. Y aclaró que ambos tendrían que repasar “algunos puntos difíciles” en la agenda bilateral, pero que “todo irá bien”.

Independientemente de cualquier cosa, vamos a ser amigos de Canadá. Canadá es un lugar muy especial para mí. Conozco a mucha gente que vive en Canadá”, intentó suavizar Trump ante las preguntas de los periodistas. Tambien dijo que respetaba a Carney como líder.

Pese a esas palabras conciliadoras, minutos antes de la reunión Trump había cargado contra Canadá en un posteo en su red Truth Social, lo que preparó el terreno para un encuentro tenso.

“Tengo muchas ganas de trabajar con él, pero no puedo entender una simple verdad: ¿por qué Estados Unidos subvenciona a Canadá con 200.000 millones de dólares al año, además de darles protección militar gratis, y muchas otras cosas? No necesitamos sus autos, no necesitamos su energía, no necesitamos su madera, no necesitamos nada de lo que tienen, aparte de su amistad, que esperamos mantener siempre. Ellos, en cambio, ¡lo necesitan todo de nosotros! Esa será, muy probablemente, mi única pregunta de importancia”, escribió Trump.

Durante el encuentro, un periodista le preguntó a Trump si habia algo que el premier pudiera decir para levantar los aranceles a Canadá. “No. Así son las cosas”, respondió el presidente.

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