Los sacrificios de Zoe Saldaña
- Raul Breton

- Jan 3
- 4 min read

En esta era moderna del cine de franquicia, Zoe Saldaña ha ganado mucho capital.
La actriz de 46 años ha protagonizado las tres películas más taquilleras de todos los tiempos: “Avatar” y la secuela “Avatar: el camino del agua”, en la que interpretó a la férrea alienígena Neytiri, y “Vengadores: Endgame”, la película de Marvel en la que interpretó a Gamora, su personaje de “Guardianes de la Galaxia”. Por si fuera poco, también tiene en su haber tres películas de la franquicia de “Star Trek”.
Pero algo que Saldaña no había tenido hasta ahora es un vehículo protagonista como “En busca de Emilia Pérez”, que obtuvo 10 nominaciones a los Globos de Oro, incluida una nominación como actriz de reparto para Saldaña. Por otra parte, “En busca de Emilia Pérez” sería una película atípica en la filmografía de cualquier actor, simplemente porque no hay otra película que se le parezca: dirigida por Jacques Audiard, es un descarnado drama criminal que también resulta ser un musical.
Saldaña protagoniza la película de Netflix en el papel de Rita, una desgastada abogada de Ciudad de México que se convierte en la apañadora personal de la exnarcotraficante Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón). Ambas llegan a un acuerdo: si Rita puede trabajar en secreto para ayudar a Emilia a someterse a una operación de confirmación de género, recibirá una compensación económica inimaginable. Pero incluso cuando Rita consigue entrar en los círculos más altos de la sociedad, sigue sintiendo un resentimiento que llega a su punto álgido con “El Mal”, un número abrasador de canto y baile en el que fustiga a los ricos hipócritas en una gala benéfica.
Esa secuencia es más que solo el clímax de la película: es un videoclip de tres minutos que pone de manifiesto todo lo que Saldaña es capaz de hacer, incluido su atlético don para transmutar en movimiento los estados de ánimo de sus personajes. La secuencia es tan potente que es casi seguro que consiga su primera nominación al Oscar; de hecho, muchos la consideran la principal candidata a ganar la categoría de actriz de reparto.
Se trata de un giro significativo para Saldaña, que a menudo se ha preguntado, a pesar de su éxito, si la industria realmente ve y aprecia lo que sabe hacer.
Aunque “En busca de Emilia Pérez” dista mucho de ser tradicional, al menos presenta a Saldaña como algo más cercano a lo que realmente es, sin los adornos de los efectos especiales y el maquillaje alienígena. Recibir la atención de las academias de premiación por su interpretación, que realiza principalmente en su español natal, ha sido abrumador.
“Sigo recordándome a mí misma que, pase lo que pase, todo lo relacionado con ‘Emilia Pérez’ fue especial”, afirmó. “Lo hice por mí, y durante mucho tiempo dejé de hacer cosas por mí”.
Criada en Nueva York y en República Dominicana, Saldaña trabajó arduamente para dejar su huella como actriz, abriéndose paso en películas más pequeñas como “Camino a la fama” y “Crossroads: Amigas para siempre” antes de ascender a los papeles protagonistas de megaproducciones de ciencia ficción. “Estoy muy agradecida, pero tuve que sacrificar muchas cosas”, reveló.
Ahora que ha llegado a los 46 años, Saldaña se ha dado el tiempo de reflexionar sobre los altos, los bajos y las concesiones que la han impulsado hasta este punto. A pesar de lo dura que puede ser su industria, sabe que a veces ha sido ella la que se ha frenado a sí misma. Espera que después de “En busca de Emilia Pérez”, eso cambie por fin.
Durante la última década, mientras Saldaña hacía malabarismos con sus obligaciones en “Avatar”, “Star Trek” y “Guardianes de la Galaxia”, temía haberse privado de trabajar en otro tipo de películas. Aun así, el poder combinado de todas esas franquicias de ciencia ficción le concedió algo sumamente inusual en Hollywood: seguridad laboral.
“Al menos sabía que tenía estos proyectos por delante que me iban a dar trabajo siempre”, señaló. “Lo que pensaba más bien era: ‘No quiero que la gente se olvide de mí’”.
Así que se comprometió y filmó una secuela tras otra. Sin embargo, al cabo de cinco años, algo empezó a cansarla. No era agotamiento. Ni siquiera miedo a encasillarse. Era la sensación de que había tocado techo.
“Cuando participas en proyectos tan grandes que tienen tanto éxito, sí cosechas sus beneficios y te sientes agradecida”, confirmó. “Pero hay una parte de mí como artista que dejó de crecer y aceptar retos”.
En 2022, justo después de que terminó de rodar la tercera película de “Guardianes de la Galaxia”, Audiard le pidió reunirse en una videollamada para hablar sobre el papel de Rita en “En busca de Emilia Pérez”. Hacía tiempo que era admiradora del director francés, más conocido por dramas intensos centrados en personajes peculiares como “Un profeta” y “Metal y hueso”. Aun así, la actriz estaba segura de que no tenía ninguna posibilidad de ganarse el papel.
Después de todo, ¿por qué habría Audiard de darle el papel? El guion decía que Rita era una mujer mexicana de veintitantos años y que tendría que cantar mucho; en papel, ella no encajaba en el perfil del personaje.
Quería rehusarse a tomar la reunión. Su esposo, el cineasta Marco Perego-Saldaña, la instó a que no lo hiciera. “¿Acaso no quieres trabajar con Jacques Audiard?”, le preguntó.
“Sería un sueño”, le respondió.



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