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El Derecho a Portar Armas



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Por: Carlos McCoy

La Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América fue parte de las primeras diez enmiendas aprobadas por el Congreso en 1789 y ratificadas en Virginia como parte de la llamada "Carta de Derechos" el 15 de diciembre de 1791. Esta enmienda establece:

 

"Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas".

 

Trasfondo Histórico

 

Aunque no es nuestra intención dar una clase de historia estadounidense, es necesario resaltar algunos acontecimientos de la época para ubicarnos en el contexto en que se aprobaron estas enmiendas.

 

Con el Tratado de París de 1763, se puso fin al conflicto anglo-francés por los territorios americanos, resultando en la victoria británica. Posteriormente, una serie de impuestos aplicados a las trece colonias existentes en América desató la guerra de independencia en 1775.

 

En 1776, las trece colonias redactaron la "Declaración de Independencia". No fue hasta 1783 que los ingleses se vieron obligados a reconocer la independencia de los Estados Unidos al firmar el "Tratado de Versalles".

 

Años de conflictos internos continuaron, ya que las colonias no se ponían de acuerdo sobre los próximos pasos. Finalmente, en 1787, se reunieron en el Congreso de Filadelfia y redactaron una Constitución, creando un gobierno federal y convocando elecciones, en las cuales resultó elegido George Washington como primer presidente de la nueva nación.

 

En este contexto se aprobaron las diez enmiendas mencionadas. Para comprender mejor la situación de la época, es importante añadir algunos datos adicionales: en 1791 se calculaba una población total en el territorio continental de menos de tres millones de personas, incluyendo a los pueblos indígenas.

 

Esto resultaba en una muy baja densidad poblacional en un país en expansión, con vastos territorios llenos de bosques y fauna salvaje. La mayoría de los colonos se dedicaban a la agricultura, la ganadería y la caza para su alimentación, por lo que era lógico poseer un arma de fuego para defender sus propiedades, tanto de animales salvajes como de delincuentes, aventureros y desertores que habían surgido durante los años de guerra.

 

Es importante destacar que las armas de fuego en ese tiempo eran de un solo disparo. Después de disparar, ya fuera con una pistola o con un rifle, tomaría varios minutos recargar el arma y ponerla en condiciones de disparar de nuevo.

 

Solo 44 años después, en 1835, Samuel Colt recibió la primera patente en los Estados Unidos para un revólver capaz de disparar más de un tiro sin necesidad de recarga inmediata.

 

Comparación con la Situación Actual

 

Las armas de fuego aprobadas por la Segunda Enmienda no eran tan letales como las actuales, aunque sí eran necesarias dadas las condiciones de soledad, peligro y vulnerabilidad en las que se vivía en ese entonces. Tanto es así, que hasta los niños aprendían a manejar estas armas. Ninguna de esas circunstancias existe hoy en día.

 

En la actualidad, las armas de fuego son artefactos de guerra y extremadamente letales. Un AK-47, por ejemplo, puede disparar rutinariamente 45 proyectiles por minuto, e incluso más si es manipulado por expertos. Además, la facilidad de adquirir estas armas es preocupante, ya que "la Segunda Enmienda" se interpreta como un derecho para cualquier ciudadano a poseer armamento, sin importar su poder destructivo.

 

Contrario a la soledad en que se vivía en el siglo XVIII, hoy en día, en cualquier lugar de la nación, se pueden reunir miles de personas en un momento dado, lo cual crea un entorno propicio para que una persona desquiciada cometa un acto de violencia masiva.

 

Hace algunos años, una popular discoteca en la ciudad de Orlando se convirtió en el escenario de uno de estos trágicos eventos. En estos lugares, los DJS manipulan el sonido de la llamada música electrónica, y el ruido sobrepasa con creces los niveles seguros de decibelios, creando un ambiente que mezcla la oscuridad, luces multicolores y flashes continuos, dando una sensación de estar bailando en cámara lenta.

 

Si a esto se añade el consumo de alcohol y drogas, se crea un ambiente donde cualquiera puede tomar un rifle o una ametralladora, legalmente obtenidos en Estados Unidos, y comenzar a disparar indiscriminadamente. Muchas de las personas presentes no se darían cuenta inmediatamente de lo que está sucediendo, tomándolo, como sucedió en el local mencionado, como una más de las extravagancias a las que los dueños de esos lugares los tienen acostumbrados.

Propuesta de Regulación

 

Para evitar estos sucesos, no es necesario derogar la Segunda Enmienda. Lo que sí es urgente es limitar la facilidad con la que cualquier ciudadano estadounidense puede comprar armamento bélico con un poder de destrucción masiva. Es urgente una regulación mucho más restrictiva para asegurar que las armas que hoy existen no se utilicen para causar daño a la población civil.

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